Distinción especial para el municipio y ciudad de
Huetamo fue la que brindó pleno de generosidad y paisanaje el gobernador electo
de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, declarado ya por unanimidad: Hijo
Predilecto de la Tierra Caliente del Balsas de Michoacán, territorio que lo vio
nacer dentro de un marco de extrema pobreza que jamás lo arredró, y que ya entrado
en razón lo llevó de alguna humilde ranchería del municipio de Carácuaro hasta Huetamo,
donde el pequeño gavilán empezó a desplegar sus alas y voló, voló y voló,
rumbos de Zitácuaro, luego al mexiquense Chapingo que lo convirtió en avezado
ingeniero, tal vez siguiendo los pasos del extinto Heberto Castillo, y de esa forma
se consolidaba, de la mano con el naciente Partido de la Revolución
Democrática, en la que se enlistó como soldado raso para recorrer la geografía
zitacuareña que enseguida le permitió ser su gobernador. Aquejado por una
operación que lo dejó en muletas, al pisar suelo huetameño exclamó que los disculparan
porque venía, “chumbo”, “rengo” y “cuarrango”, pero que era tanto el amor que sentía
por la región de Huetamo que con todo y muletas venía a pisar esta tierra de
artistas, músicos y cantantes, tierra de pasiones y de sueños, de aventuras y
retos, y que no se pudo contener al pasar por encima de las obras de
construcción de la Presa de Chihuero, que decidió bajarse del “chacape” y
caminar entre la tierra húmeda y mojada de ese paraíso terrenal, donde pudo
percatarse de que había un nuevo intento de paro de labores si no se les pagaba
de manera puntual a los cientos de trabajadores que ya rascan la tierra y se
aprestan a colocar las cimentaciones que frenarán las corrientes que en el
futuro darán vida, progreso y desarrollo al siempre triste, pobre y olvidado
pueblo de Huetamo. Enseguida, Silvano ya estaba en el Restaurante Mi Ranchito,
regiamente atendido por la familia De la Torre y como inicial actividad en el
recorrido del primer municipio que visitaba como gobernador electo, que obvio
es decirlo, fue Huetamo, dijo que había decidido que fuera con sus amigos de la
prensa local, con los que compartiría el pan y la sal, en este caso un rico
“aporreado” con tortillas del comal, para enseguida ofrecer una histórica rueda
de prensa donde Aureoles habló de todo, seguridad, Mando Unificado,
autodefensas, educación, salud, cultura, deportes y en especial recalcó que a
pesar de que tanto a la prensa como a muchos paisanos terracalenteños les
pareció una broma el tema de la construcción de una moderna carretera Huetamo-Morelia,
recalcaba que era su deseo de que esa obra se construya en el periodo de su
gobierno, dado que Huetamo requiere de eso y mucho más para despegar dentro de
la economía y el progreso de Michoacán al estar tan cerca del Puerto Lázaro
Cárdenas y contar con grandes reservas de agua como las del Río Balsas. El
pequeño grupo de comunicadores de la prensa de Huetamo, por primera vez en
muchos años nos sentimos como pavo reales, sobre todo por la indiferencia de
que han sido víctimas por la actual administración que resiente como punzadura cada
palabra o crítica que se hace sobre lo que hoy acontece, y que frente a Silvano
se tuvo el arresto de enumerarle una lista de obras inconclusas que mantienen
asfixiado a Huetamo, ya sea por acciones de corrupción o de nepotismo, como el
que cabalga en la actual presidencia, y que de nueva cuenta le dio escozor a
nuestro mandatario, quien sin pelos en la lengua lo señaló en una entrevista con
Telecable de Huetamo. Es cuánto.
Ángel Ramírez Ortuño
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