En Venustiano Carranza la
ciudadanía optó por dejar de lado el dicho de mejor malo por conocido que bueno
por conocer y decidió dar oportunidad a Édgar Gil por el PRD antes de permitir el
regreso de dos ex alcaldes.
Y es que ambos ex alcaldes,
Miguel Amezcua por el PRI y Hugo Mejía, ex edil por el PRD y candidato en esta
ocasión por el PAN, apostaron a la flaca memoria del electorado, lo que a final
de cuentas no les dio resultados.
Para los habitantes de este
municipio, a quienes por cierto les agrada el gentilicio de sanpedrocarenses,
no fue fácil olvidar en esta campaña que Hugo Mejía al final de su anterior
periodo 2008-2012 fue severamente cuestionado por sus constantes ausencias al
frente del Ayuntamiento, mientras la alcaldía enfrentaba serios problemas de
solvencia económica que generaron sendas tomas de la Presidencia por parte de
los policías y de los trabajadores del Ayuntamiento por falta de pagos y que
como último acto de su administración, remató todo lo que había incluidos los
lápices de la Presidencia.
Ahí llevaba ventaja Miguel
Amezcua, cuyo mandato no se recordaba casi por parte de las nuevas generaciones
de votantes de esta tierra de pescadores; sin embargo, los enfrentamientos
internos dejaron a Amezcua Alejo prácticamente huérfano en la campaña pues no
pudo hacer las paces con el grupo de la Presidencia ni con el grupo de Los
Montejano, una de las familias con más arraigo político en este municipio,
quienes simplemente se sentaron a ver pasar la elección en compañía del
presidente del partido en un café de Jiquilpan.
Será el tiempo el que decida si Édgar
Gil Yogues, candidato ganador por el PRD, responde o no a las expectativas de
los votantes en un municipio en el que desgraciadamente se presta más atención
a la forma que al fondo de las cosas, tendrá mucho que ver también la
integración de su Cabildo y equipo de trabajo.
La importancia del triunfo de Édgar
Gil, al menos para el PRD, es generar un liderazgo regional convincente en esta
fuerza política de izquierda, y sólo el tiempo dirá si el hoy alcalde electo de
Venustiano Carranza tiene o no la capacidad de asumir el liderazgo que el PRD
de Jiquilpan y el de Sahuayo no han podido siquiera generar.
Deberá verse también en los
primeros meses de su administración cuál será la tónica de gobierno en este
municipio con un enorme potencial en materia de agricultura, ganadería y
turismo, pero también con necesidades lacerantes sobre todo en el tema social.
No es cosa menor gobernar este
municipio que, dicen los historiadores, nació por los fueros de Lázaro Cárdenas
del Río para congregar en él a sus amigos e incondicionales, y en el que el
Revolucionario Institucional no ha sabido mantener una hegemonía de gobierno.
En Jiquilpan parece que ya
empezaron los pleitos por la próxima administración municipal, sobre todo en el
tema, delicado, de quién va a mandar realmente, pues se ha señalado que Martha
Amezcua, presidenta del Comité de Pueblo Mágico, designó ya a quien será la
directora de Turismo de este municipio, y en respuesta, sectores de la sociedad
le están demandando trasparencia en el tema de la renovación del Comité de Pueblo
Mágico, obviamente con la intención de colarse en este selecto grupo al grito
de “a río revuelto, ganancia de pescador”.
Lo cierto es que Clemente
Covarrubias no la tiene nada fácil pues a las primeras de cambio tendrá que dar
un golpe de timón para demostrar a la ciudadanía que es él y nadie más quien
gobernará Jiquilpan.
José Luis Ceja Guerra
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