Una de las
grandes preguntas de los actores políticos de esta región versa principalmente
sobre la separación de Wendy Macías Parra de su partido político, y una de las
respuestas sería el hecho de que simplemente se rodeó de malas compañías
disfrazadas de asesorías.
Queda claro
que para efectos del proceso electoral, Wendy Macías Parra le era más necesaria
al PRD que el propio partido a la joven abogada, y es que, como haya sido,
Wendy Macías logró lo que los antiguos grupos del PRD no habían logrado porque
no habían podido o querido: dejar fuera de la jugada a Francisco Mora, hoy
candidato a diputado federal por el mismo partido.
Y es que en
cierto momento de este proceso interno y eterno del perredismo de la Ciénega,
Wendy logró lo que muchos políticos soñaban solamente, que era tener al grupo
de Francisco Mora al borde del abismo, pero se rumora que hubo algunos asesores
que aconsejaron a Macías Parra mostrar conmiseración con el casi abatido grupo
del ex alcalde de Jiquilpan y ese fue el error ante la genética revanchista
predominante en el sol azteca de esta
parte del estado.
En simple y
llano castellano, el que perdona pierde, y bajo esa premisa y con una actitud
inteligente Wendy Macías se separa del partido con dos intenciones claras: la
primera, atender el tema de su organización civil “Hoy cumplí mi sueño”,
mediante la que habrá de dar respuesta a los pendientes con los productores con
los que estableció compromisos, y la segunda y quizá más importante, evitar que
la disciplina partidista la obligue a apoyar a un grupo antagónico al suyo y
con el que la confrontación va más allá de los asuntos políticos o ideológicos.
Lo cierto es
que con la separación de Wendy Macías de este proceso electoral el más afectado,
irónicamente, será el candidato a diputado federal Francisco Mora porque era
una verdad inatacable que era el grupo de aquella el que tenía ya el control
municipal y de varios municipios de este distrito. En ese sentido, las
candidaturas del PRD pierden un importante aporte en lo social y lo moral pues
de una forma u otra la joven abogada logró consolidar un importante equipo de
trabajo que era bien visto por la sociedad en general, lo que no ocurre con los
grupos que se han encargado de facto de los trabajos partidistas.
Quizá lo
bueno de este asunto es que con su solicitud de licencia para separarse
temporalmente, Wendy Macías, o Wendy Parra, como se le conoce, regresa la
tranquilidad a quienes confiaron en su organización al dejar los trabajos
partidistas para atender sus compromisos, mientras que para un sector del PRD
la salida de Wendy Macías pudiera parecer una victoria con muy alto costo para
el partido, máxime que, entiendo, apenas se dio a conocer su solicitud de licencia
cuando había ya en su puerta emisarios de otros partidos políticos en espera de
una respuesta afirmativa a sus invitaciones.
Cierto es
que esto impactará en el derrotero de la próxima elección y lo curioso es que
las fortalezas y debilidades de los grupos en pugna han actuado en favor y en
contra de cada uno de los bandos perredistas en disputa; sin embargo, y esto
por una mera cuestión biológica, todo indica que en el próximo proceso
electoral veremos a Wendy Parra. La duda ahora es sobre la permanencia en el
candelero de Francisco Mora para el próximo proceso electoral.
José Luis Ceja Guerra | Ciénega
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