lunes, 16 de febrero de 2015

Ni ellos se entienden



Parece que a los mandos priistas nacionales y estatales de plano no les salen las cuentas con los candidatos que esperaban y los que se les fueron, y es que en el teatro ese de los registros y los dictámenes de procedencia, a los priistas, como a las mejores cocineras, se les fue un tomate entero.

Resulta que mientras se convocaba a los aspirantes a inscribirse como precandidatos, la realidad es que se diseñaba una lista de “palomeados” que finalmente sirvió para poca cosa ya que incluso a algunos de los que venían ya como candidatos ni siquiera se les tomó parecer, como en el caso de Villamar con Rubén Castillo, quien venía como candidato en la lista, que alguien filtró a los receptores de Rentas de confianza, y resultó que el Castillo Castillo no tenía intenciones de participar.
En la citada lista estaba también Bertha Alicia Montejano como virtual candidata a la alcaldía por Venustiano Carranza, lo que finalmente no ocurrió; lo anterior ha despertado la sospecha y la inquietud por saber qué fue lo que realmente pasó, esto es si la gente que toma las decisiones para dar o quitar candidaturas fue engañada por los grupos de los aspirantes en cuanto a las posibilidades de cada uno, o si en un acto de suprema fiaca se diseñaron las listas eligiendo nombres al azar de los padrones priistas.
En Pajacuarán llaman la atención, ya que ahí se rechazó la inscripción de Gonzalo Morales para favorecer las aspiraciones de la hermana de la presidenta del Comité Municipal priista, error que fue subsanado por el Tribunal Electoral al retribuir el registro de Gonzalo Morales.
Cierto que en aras de garantizar el triunfo, el PRI y el PRD se brincarán, o lo han hecho ya, estos estatutos o lineamientos o pactos de la equidad de género, la edad y todas esas cosas que se firman y que luego se olvidan; lo anterior luego de que se dijera hasta el cansancio que las candidaturas a la diputación local en el PRI y PRD estaban destinadas a mujeres, lo que no ha ocurrido todavía pues hasta el momento eran el edil con licencia de Pajacuarán, Jorge Ochoa, y el todavía regidor priista de Sahuayo, Mariano Sánchez, los únicos aspirantes por el PRI y PRD respectivamente a la diputación local.
Para tener un panorama de un municipio específico hay que ver el panorama general, de esta suerte entendemos, por la postulación de Mariano Sánchez a la diputación local, que el PRI en Sahuayo, si bien logró un acuerdo, no implica necesariamente la unidad, y creemos que al aspirante Roberto Gálvez le va a tocar emplear buena parte de su tiempo y de su planilla el recomponer la situación.
La unidad priista, al menos en Jiquilpan, es una burda mascarada en la que, como es lógico, los danzantes que no alcanzaron sonaja se van con la música a otra parte, y tal es el caso de Martín González Franco, quien ya cobró como funcionario de primer nivel en las últimas dos administraciones priistas y del que se dice anda en tratos para “cobijarse al sol que más calienta”.
Del mismo jaez son algunos que pese a que tienen un espacio asegurado en caso de que el partido resulte ganador, persisten en visitar en remotos lugares a los aspirantes de otros partidos con la sana intención de lograr que, gane quien gane, ellos estarán ahí para pasar factura… cara por cierto.
José Luis Ceja Guerra 

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