Nadie pone en duda que las redes
sociales son un espacio importante de difusión, sin embargo, en la
responsabilidad del uso de este espacio radica su efectividad, lo que no le ha
quedado claro al PRD de Jiquilpan, que ahora ha entrado en conflictos con la
administración municipal.
Todo inició cuando se subió a las
redes sociales una fotografía de Gerardo Olloqui, presidente del Comité Ejecutivo
Municipal del PRD de Jiquilpan, haciendo labor de “voluntariado” en la obra de
rehabilitación de la plaza de la localidad de Abadiano.
Si bien la foto para algunos
resultó un tanto inocua, para otros, al contrario, no fue sino un burdo intento
de colgarse de los logros de la administración municipal, perredista por
cierto; el problema se agravó cuando, seguramente en un afán por minimizar las
críticas, el PRD atribuyó el logro de esta obra al regidor de la Comisión de Atención
al Migrante, Óscar Sánchez Gallardo, lo que motivó que, airadamente, el
director de Atención al Migrante, Luis García, estableciera cómo y de qué forma
se gestó el recurso para esta obra y, entre líneas, dejó en claro que este logro
correspondió a la administración municipal y no al partido político.
No es la primera vez que, desde
la trinchera partidista, Olloqui Estrada intenta incidir en la toma de
decisiones del municipio, basta recordar que cuando se despidió a tres trabajadores
del Ayuntamiento por intentar conformar una nueva agrupación sindical, trató de
entrar a la mesa de negociación para su reinstalación.
Si bien la fotografía del joven
dirigente en la que sostiene un marro en actitud de trabajo en la plaza de Abadiano
no pasa de ser un burdo intento de autopromoción, el trasfondo es lo que
podríamos llamar como un evento políticamente incorrecto.
Semanas atrás dimos cuenta de la
autorización del Cabildo jiquilpense para pagar los billetes de avión del
regidor Antonio Rodríguez, presidente de la Comisión de Salud a la ciudad de
San Francisco, California, para capacitarse en el tema del manejo de
contingencias por exposición y uso de agroquímicos. Con tristeza nos hemos
enterado de que, al parecer, el regidor fue solamente a turistear, pues de
acuerdo con la documentación que obra en poder de esta corresponsalía, el 29 de
septiembre de este año, el hospital particular en el que atiende el doctor
Antonio Rodríguez remitió a un paciente intoxicado al Hospital Regional en
Sahuayo debido a que, cito: “No contamos con medidas de apoyo para su atención
ya que pone en riesgo la vida por el tipo de intoxicación recibida”, paciente
que, a la postre, perdiera la vida.
Escribían los viejos columnistas
de esta región: “Contra hechos no hay argumentos”, y en el caso del regidor de Salud
no hay frase que mejor se aplique pues no hay tema en Cabildo que no ligue a este
regidor con el tema de la capacitación en el manejo de los agroquímicos, pues
ha quedado expuesto de manera fehaciente que el regidor no es, ni por mucho, un
experto en esta materia, por lo cual el Cabildo tendrá que pensar dos veces
antes de aprobar recursos para esta serie de conferencias sobre toxicología que
propone muy seguido el regidor en cuestión.
Al margen de si la foto de
Gerardo Olloqui promocionándose con las obras municipales es, digamos,
incorrecta, o de si los recursos municipales invertidos en la capacitación del
regidor de Salud han sido, digamos, inútiles, queda claro que en ambos casos
faltó tacto por parte de los actores políticos.
Finalmente, para quienes de vez
en cuando estamos presentes en las sesiones del Cabildo de Jiquilpan, nos quedó
una pequeña duda: en la pasada sesión de Cabildo (ordinaria número 73) se
contemplaba el punto de la autorización del cambio de uso de suelo del fraccionamiento
de Manuel Guerra en la Tenencia de Totolán, extrañamente y ante la presencia de
los comuneros, el Cabildo propuso posponer ese punto para tratarlo de manera
expresa en una sesión extraordinaria, ¿a qué se debió?
José Luis Ceja Guerra | Ciénega
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