lunes, 14 de octubre de 2013

De política, sindicalizados y acarreos

No cabe duda que cuando se trata de defender lo propio, de poco sirven las ideologías, como quedó de manifiesto el pasado sábado, cuando se dio una agria discusión entre los propios perredistas durante la visita de Silvano Aureoles Conejo.
La visita realizada obedeció a dos motivos fundamentales: uno que es oficial y otro que es un secreto a voces. El oficial fue el de arrancar la campaña nacional de recolección de firmas para forzar a una consulta en todo el país sobre el tema de la reforma energética; el otro, el que los mismos simpatizantes de Silvano susurraban, era prácticamente el inicio de la pre, pre, pre campaña de Aureoles Conejo para ocupar el Solio de Ocampo.

Lo cierto es que si bien había muchos simpatizantes del político michoacano en este evento, también se dieron cita aquellos que, en el uso de su derecho a la libre expresión, se manifestaron contra la visita del coordinador de la bancada perredista en el Congreso de la Unión, como fue el caso de los integrantes de la Dirección Colectiva Estatal Democrática de la Sección XVIII de la CNTE, quienes, como diría mi abuela, le cantaron su precio al legislador, lo que estuvo a punto de generar un enfrentamiento entre los mentores y el titular de la secretaría de Finanzas del PRD michoacano.
La cosa no pasó a mayores no porque hubiera cabido la prudencia entre las partes, sino porque, a final de cuentas, pareciera que a los grupos antagonistas se les enfrió el caldo.
Al evento asistieron también integrantes del malogrado nuevo sindicato de trabajadores del municipio de Jiquilpan, quienes si bien no hicieron nada fuera de lo común, sí le metieron un calambre a varios funcionarios municipales que acudieron a vitorear a Silvano Aureoles, funcionarios que, por cierto, le tundieron con todo al legislador en las redes sociales cuando se dio a conocer el sentido de su voto en el tema de la aprobación de las leyes secundarias a la Reforma Educativa.
Y ya envalentonados y al calor del sol y de la gente, tanto el presidente del Comité Municipal del PRD, Gerardo Olloqui, y Wendy Parra, representante de Silvano Aureoles en este Distrito Electoral, no dudaron en exigir explicaciones y llamar traidor al legislador federal priista por el Distrito de Jiquilpan, Salvador Romero Valencia, por la propuesta en torno a la reforma energética. Curiosamente, minutos antes lo mismo había expresado la DCED de Silvano en cuanto al tema de la Reforma Educativa.
Ahora resulta que contrario a lo declarado días atrás, el oficial mayor de Jiquilpan corrige la plana y sale a decir que el cese del titular del área de Aseo Público de este municipio no fue producto ni de la presión ni de la negociación por parte de los integrantes del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Municipio de Jiquilpan, sino que lo despidieron por faltarle al respeto a su superior y negarse a realizar los trabajos que le encomendaban… la reflexión sería que en declaraciones opuestas, el oficial mayor José Luis Román no podía tener la verdad en las dos ocasiones.
Me inclino a pensar que la verdad es que el titular de Aseo Público le faltó al respeto al oficial mayor, pues si hubiera sido despedido por la presión de los sindicalistas, a esta hora estarían fuera también de la nómina local el tesorero municipal y la titular de OOAPAS, cuyas cabezas también pedían.
“Vete a tu convento, hermano Francisco, sigue tu camino y tu santidad” (Los motivos del lobo, Rubén Darío).

Mientras los comuneros de Totolán amagan con armar un baile con el tema de las perforaciones de agua potable, mientras la Dirección de Vialidad usa patrullas para transportar músicos para recibir a Silvano, mientras el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Municipio sigue con broncas, mientras el municipio ha reprogramado los pagos a proveedores argumentando una exagerada deuda, el alcalde de Jiquilpan, mi “hermano Francisco”, vive su santidad en un viaje a Estados Unidos.

La política en la Ciénega | José Luis Ceja Guerra


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