miércoles, 2 de enero de 2013

No sacan un perro de una milpa…


La política en la Ciénega
No, no es una cacería contra el Cabildo de Jiquilpan, es sólo que hay cuestiones en el quehacer del gobierno que escapan a la lógica, la capacidad y el entendimiento de quienes tienen la obligación de velar por la gobernabilidad del municipio.
Es justamente el tema de los encargados del orden y jefe de Tenencia de las localidades de Abadiano y Totolán, lo que ha puesto seriamente en tela de juicio la capacidad de algunos integrantes del Cabildo de Jiquilpan, ya que en ambos casos las decisiones tomadas por las comisiones integradas para conocer de estos casos obedecieron más a una postura comodina y holgazana, que a un verdadero trabajo de representación popular.
Es evidente que los problemas en las comunidades citadas, son producto de un descuido de quienes en teoría deberían atender las necesidades sociales y de infraestructura de estos sitios, lo que no ha ocurrido debido a que los regidores están más interesados en preservar a los grupos caciquiles de estas poblaciones, que en atender los reclamos de sus habitantes.
La obstinación tanto de los regidores como del municipio por hacer valer su postura por encima de la de la ciudadanía no es nada saludable, sobre todo si se toma en cuenta que en ambos casos las quejas tienen que ver con el culto religioso, con los riesgos que ello implica, principalmente si se trata de comuneros con una línea de pensamiento y acción más bien tradicionalista.
Cierto, aún con toda la pompa y el donaire con que parten plaza los regidores, no son capaces -como dicen los campesinos de Tierra Caliente- de sacar un perro de una milpa.
Y con el inicio del próximo año a unas horas ya, parece ser que vienen ánimos de renovación. Por lo pronto, en la alcaldía de Sahuayo han dicho que aquellos funcionarios que no cumplan las expectativas se tendrán que ir; imagino que el mismo propósito tendrán varias alcaldías de esta región, aunque por diferentes motivos.
En algunas se darán despidos, debido a que la nómina está inmoralmente sobrepoblada; en otros, porque se pagaron ya las facturas políticas; y en otras, porque algunos funcionarios, merced a su loco afán de protagonismo, comenzaron a atraer los reflectores más que el propio edil, algo imperdonable cuando de política se trata.
También habrá funcionarios que dejen el encargo por carecer de capacidad para realizar su trabajo o por ser reconocidos sobradamente como “bohemios de afición y amigos de las farras”, además de recalcitrantes antagonistas del trabajo fecundo y creador.
Lo cierto es que en los próximos meses se darán reacomodos en las oficinas de los palacios municipales, y pese a que se sabe que algunos presidentes tienen ya lista negra en sus manos, han decidido no amargar el fin de año a estos servidores públicos.
Pero conocedores de que no dieron lo que se esperaba de ellos, algunos funcionarios han establecido ya los contactos con sus cabezas de grupo en la intención de forzar algún nuevo acuerdo laboral.
Por cierto, según lo informado por el coordinador de los diputados federales priístas de Michoacán, Salvador Romero, el próximo 5 de enero se dará a conocer a los catorce ediles del IV distrito electoral federal de Jiquilpan el arribo de recursos por el orden de los 145 millones para invertir en proyectos presentados por los munícipes y los módulos de Riego que operan en este distrito.
De última hora
Policías municipales de Jiquilpan señalaron que si para hoy lunes no les es depositado el recurso correspondiente a su prima vacacional, volverán a suspender labores, ya que sólo les fueron depositados los ocho mil 300 pesos correspondientes a los 40 días de aguinaldo.

José Luis Ceja Guerra | Jiquilpan

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