La política en la Ciénega
Bastó que el líder moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, lo dijera, para
que a los ojos del PRD el desmembramiento de este instituto político a favor de
grupos, corrientes, tribus y sectas
se volviera una verdad inobjetable.
Ello a pesar de que desde hace años diversos articulistas en infinidad
de medios de comunicación lo han venido señalando. Fue necesario que fuera la
figura emblemática de la izquierda mexicana quien lo dijera, para que los
calificativos de “amargado”, “resentido”, “mercenario” y otros lanzados por la
izquierda a estos articulistas fueran cambiados por el de “pensante”,
“autocrítico” y “conocedor” que la misma izquierda le da ahora al ingeniero
Cárdenas.
El destino de achicamiento y fracaso para el PRD, de no erradicar sus
prácticas tribales y sectarias, fue señalado por escritores, comunicadores y
militantes de este instituto político, sin embargo fue necesaria una dura
misiva escrita por el pilar de la fundación de este partido para que sus
cúpulas, estatal y nacional, descubrieran el hilo negro.
Y prácticamente con un pie en la línea de salida, a los aspirantes a los
relevos en los comités municipales del PRD les avisaron que siempre no va la
renovación, y aunque, extrañamente, los aspirantes se disciplinaron, sí
manifestaron su malestar por este cambio de planes.
La verdad es que este cambio de planes favorece a algunos en el caso
concreto de Jiquilpan, donde la lista de aspirantes estaba repleta de
personajes “ingrávidos y gentiles como pompas de jabón” y se corría el riesgo
de que la carrera por la dirigencia local se tornara en una guerra civil llena
de fruslerías.
Hace tiempo que no se daba la aparición de un personaje que pudiera
reunir a los actores políticos, sociales y económicos en un mismo espacio, por
lo que lo ocurrido el pasado fin de semana en la ciudad de Jiquilpan tendrá que
leerse de diversas maneras.
La reunión de representantes de los catorce municipios del Distrito
Electoral Federal IV y los diputados locales de Jacona, Jiquilpan y Los Reyes
con el diputado federal Salvador Romero, hace albergar la ilusión de una nueva
etapa; al menos en los discursos quedaron atrás los colores, ideologías e
intereses personales para privilegiar los intereses de la región.
Por otro lado, estamos quizá ante el surgimiento de un liderazgo que
podría sacar a esta región del rezago político en el que se encuentra sumida
desde hace años; quizá la entrega pronta de resultados por parte de Romero
Valencia en materia legislativa y en trabajos de gestión le permitan consolidar
un proyecto a mediano y largo plazo, no sólo en el ámbito político, sino en el
social.
Por cierto, aunque no definió fecha todavía, el diputado local por el
Distrito de Jiquilpan, José Eduardo Anaya Gómez, anunció que pronto se dará
este foro ciudadano en el que se analizará el tema de los límites territoriales
entre los municipios de Jiquilpan y Sahuayo, que es un tema que al igual que la
lava, hierve bajo la tierra.
Si un día está usted aburrido y no tiene nada relevante qué hacer,
solicite el calendario de sesiones de Cabildo de Jiquilpan, donde está
garantizado un rato de sano esparcimiento y para muestra un botón: En la
reciente sesión del colegiado local, el regidor que preside la Comisión de
Atención a Migrantes sometió a consideración el proyecto de telefonía para
enlazar a los hermanos migrantes con sus familias en comunidades rurales de
este municipio, con un costo de inversión inicial de 60 mil pesos.
La respuesta fue uno de aquellos momentos gloriosos que son imposibles
de borrar en la vida política de cualquier municipio, pues una de las regidoras
y un regidor, reconocidos ambos por su claridad de pensamiento, señalaron que
saldría más barato comprarle una tarjeta telefónica a cada uno de los
familiares de los migrantes, a los que por cierto visitaron en fechas recientes
para pedir su apoyo en el desarrollo de proyectos municipales.
José Luis Ceja Guerra | Ciénega
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