La política en
Zitácuaro
Pues nada. A casi
un mes de iniciadas las campañas políticas federales en el Distrito de
Zitácuaro no hay prácticamente nada. Los priístas, hasta el momento de redactar
la presente entrega, no han definido quién será su candidato a diputado (o
diputada, por aquello de la equidad de género).
El problema es que
a los priístas ya se les hizo, como popularmente se dice, “bolas el engrudo”,
porque a los candidatos a los que se les quitó la nominación, como Alfredo
Vilchis Alvarado, en el caso de Zitácuaro, interpusieron recursos en contra.
Y ahora el partido
no puede, no quiere, designar a sus candidatas hasta que las instancias legales
resuelvan los recursos. Y el Tribunal Electoral de Poder Judicial de la
Federación no tiene prisa. Mientras el tiempo pasa y el candidato del PRI a la
diputación federal prácticamente ya ha perdido un mes de campaña.
Alfredo Vilchis
todavía tiene la esperanza de que le “regresen” la candidatura que
“ilegalmente” (como él mismo lo afirma) le quitaron. Algo sabrá, porque su
equipo ha vuelto a reagruparse y se espera que en las próximas horas haya una
determinación.
Por su parte Sonia
Rivas Espitia, aspirante a la candidatura “de género”, está más que apuntada
para la nominación. La ex alcaldesa sustituta fue favorecida por el gobernador
Fausto Vallejo con la oficina en Zitácuaro de la Delegación Regional de
Turismo.
Sin embargo, ante
la posibilidad de obtener la candidatura, pidió permiso para ausentarse unos
días del cargo. De hecho dejó el cargo acéfalo durante la Semana Santa,
precisamente cuando la Delegación Regional de Turismo es más solicitada por
visitantes que acuden por información.
Pero así como
están las cosas no hay nada seguro, ni para Sonia Rivas Espitia ni para Alfredo
Vilchis. Lo único cierto es que no hay nada, que el PRI no tiene candidato a
estas alturas…
En el PAN, la candidata
Emma Olvera finamente se presentó públicamente hace una semana. Pero aún
continúa con su estilo de hacer campaña: casi inadvertido, chiquito, modesto,
que le acarrearán resultados igualmente chiquitos y modestos.
Parece, hasta el
momento, no haber un real interés de ganar la contienda electoral. Como si para
el PAN sólo se tratara de un juego… Si a nivel nacional, con todo el esfuerzo
que realiza Josefina Vázquez Mota, no levanta, a nivel distrital, con un
trabajo que deja mucho que desear, menos…
Finalmente, está
el perredista Silvano Aureoles, que pese a su experiencia y capacidad, también
realiza una campaña de bajo perfil. Pero como está prácticamente solo en la
contienda, hasta se da el tiempo de ir a la Cámara de Senadores a hacer como
que trabaja para cobrar puntualmente todas sus dietas.
La opinión pública
ha criticado el hecho de que, escudado en un resquicio legal, se niegue a dejar
el “hueso” de senador para buscar la diputación federal, y así no dejar de
cobrar, de vivir del erario, que con tanto esfuerzo aportamos los ciudadanos.
Se ve como una falta de respeto para los habitantes del distrito.
Silvano es el
clásico ejemplo del político que dice una cosa y hace otra. Por eso sus
palabras como candidato suenan huecas. En especial las recientes, que hablan
sobre la justicia social:
“Para lograr la
verdadera justicia social, debemos estar dispuestos a trabajar lo necesario y
un poco más; sobre todo buscar por encima de los interés personales o de grupo,
los objetivos que se traduzcan en el bien común, en mejores condiciones de
vida”.
¿Sabrá en realidad
lo que es la justicia social o sólo es un ingrediente para adornar su discurso
y buscar obtener votos?
La justicia social
se traduce en igualdad de oportunidades, en un estado de bienestar con justicia
distributiva, es decir, en donde lo poco o mucho que hay se reparta
equitativamente.
¿Qué le va a
interesar la justicia social a un político que sólo busca la forma de no
quedarse fuera del cargo, del poder, que sólo ve a la gente como instrumento para
lograr sus fines?
Ricardo Rojas | Zitácuaro
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