miércoles, 30 de noviembre de 2011

La cruda de la victoria

En el momento en el que era confirmado su triunfo, la emoción de la victoria y un afán de concordia hizo afirmar al alcalde electo, Juan Carlos Campos Ponce, que estaría dispuesto a retomar algunas de las mejores propuestas de sus adversarios, especialmente aquellas que implicaban un mayor beneficio para los zitacuarenses.
Ojalá que pasada la euforia de la victoria y situado ya en la cruda realidad, no se olvide de lo que promete. Porque debe recordar que en su calidad de futuro gobernante, sus declaraciones son seguidas con atención por los ciudadanos y tomadas en serio.
Ciertamente, los otros candidatos a la alcaldía vertieron, a lo largo de sus campañas, varias propuestas que, creemos, valen la pena y deberían ser retomadas con humildad por Campos Ponce, una vez que llegue a la alcaldía.
En el ánimo de ayudarle al alcalde electo, comentaremos algunas de las que, creemos, fueron las propuestas de los otros candidatos a la alcaldía que son dignas de tomar en cuenta:
Mario Vallejo, ex candidato del PRD-PT, planteaba como una de sus principales banderas el reducir el sueldo del cuerpo edilicio y los funcionarios de primer nivel desde el primer día de su administración.
Campos Ponce proponía, en contraste, reducir la nómina con el despido de aviadores. Sin embargo, ¿por qué no poner en práctica las dos? Los salarios de los funcionarios, y más los de los regidores y el propio alcalde, son ofensivos porque están muy por encima del ciudadano promedio.
Especialmente en el caso de los regidores, que tienen los mayores salarios, sin casi ninguna obligación, ni labor, ni horario de trabajo. Una reducción de quince o 20 por ciento no les perjudicaría en nada, porque de todos modos sus salarios estarían altos y se tendría un recurso para destinarlo, por ejemplo, a becas escolares.
Y es que el despido de trabajadores de confianza y aviadores es, hasta cierto punto, ilusorio. Porque si bien creemos que Campos va en serio cuando habla de recortar la nómina actual, también es verdad que trae muchos compromisos de campaña que le orillarán a volver a contratar un número casi igual que el que se iría.
Carlos Zepeda, el candidato del PAN, planteaba casi en todos los escenarios que se presentaba que los ciudadanos deberían ser los que decidieran el destino de los recursos municipales; esto es, en qué se gastaba, qué obras se deberían hacer y cuáles deberían esperar.
Esto es, dejar de lado el monopolio que tiene el alcalde de, llegado al poder, decidir a su conveniencia cómo se gasta el presupuesto, sin importarle lo que la gente opinara.
Y precisamente, el ciudadanizar la toma de decisiones es un tema que para Campos Ponce ha pasado de lado y que valdría mucho la pena que retomara. Especialmente por aquello de que un manejo de recursos opaco se presta mucho a desvíos y corruptelas.
Asimismo, ente otras propuestas valiosas de los candidatos que no ganaron, está otra del panista de cambiar inmediatamente la Junta de Gobierno del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (SAPAS), que se ha convertido en un instrumento para que el director del organismo disponga de los recursos a su antojo.
Y, de paso, también esa propuesta de revisar los cobros del servicio de agua, para que la población pague por el servicio que recibe. Sobre todo porque actualmente las tarifas se modifican al antojo, sin justificación y en perjuicio de los ciudadanos.
Ahí hay algunas de las muchas propuestas que valen la pena y que, para cumplir con su palabra, ojalá Juan Carlos Campos las retome, sin importar que no se le hayan ocurrido a él…

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