martes, 8 de noviembre de 2011

El examen final


El próximo 13 de noviembre las actuales administraciones municipales, la actual Legislatura y la administración estatal se someten al examen final que aplica la ciudadanía, y como en muchos casos, no todo será cuentas alegres al final de la jornada.
Lo cierto es que a pocos días de que se realicen las elecciones, los tres partidos políticos deberán estar haciendo ya serias y severas reflexiones sobre lo que hicieron o dejaron de hacer sus alcaldes y sus representantes al Congreso.

De manera concreta en el municipio de Sahuayo, los votantes a la hora de elegir han de tomar en cuenta temas que han sido politizados hasta la saciedad, como el agua potable, el impuesto predial y la administración financiera.
En municipios como Jiquilpan y Venustiano Carranza pesará más lo que dejaron de hacer los ediles que las propuestas de los candidatos de sus partidos, así pues, a la propuesta de hechos, no palabras, de Édgar Gil Yóguez, se contrapone la actitud indolente del edil Hugo Mejía; a la propuesta de Paco Álvarez de cambio con continuidad se contrapone el afán manipulador del edil Francisco Mora, quien desde la sombra ha acomodado estratégicamente las piezas de un ajedrez bizarro con miras a la próxima elección.
La tendencia de nuestros políticos a entrar a juegos de los que desconocen las reglas, permite deliciosos momentos de malsana alegría, y es que con esta moda de los debates hemos tenido la oportunidad de conocer la clase de políticos que tenemos y pareciera una broma, pero de los debates realizados en esta región es el PRD el que mayor pobreza de ideas ha demostrado, desde su candidato a presidente municipal en Venustiano Carranza, que prefirió quedarse callado cuando las preguntas del moderador se salieron del guión establecido, hasta la actitud beligerante del candidato del PRD en Sahuayo, quien durante su debate con los otros tres aspirantes pugnó infructuosamente por convertir la exposición de ideas en un pleito de mercado.
Lo curioso de estos debates es que, aunque abarcaron temas muy generales a los cuales respondieron puntualmente los aspirantes, el ciudadano común tuvo que conformarse con escuchar los problemas de sus municipios, porque de soluciones nada más no hablaron.
Y como estamos en tiempos electorales y el ciudadano se cree todo sin cuestionar, ahora resulta que el OOAPAS de Jiquilpan cerrará ejercicio con números positivos, lo que nos permite postular al titular de este organismo Moisés Arredondo para cualquiera de los premios de administración a que convoca el estado o la Federación, y sobre todo preguntar ¿cómo lo hizo? Porque no se ha sabido de la implementación de algún programa para la recuperación de la cartera vencida, no se han dado a conocer cortes masivos del servicio de agua.
Sería buena idea que, de manera puntual, Arredondo Olloqui, nos explicara cómo logró que aquellos morosos que en su vida han pagado agua lo hicieran justo dos semanas antes de la elección y que aparte nos convenza de que esa declaración no tiene fines propagandísticos.
Y aunque la Ley Orgánica Municipal del Estado de Michoacán señala en su artículo 10, fracción XVIII, que los ciudadanos tienen derecho a: “Constituir un consejo ciudadano para participar en la fiscalización y evaluación de las acciones de gobierno, a través de los mecanismos que establezca el Ayuntamiento”, la verdad es que ningún alcalde se ha preocupado por integrar este consejo y es hasta cierto punto lógico, ya que para quienes gobiernan es el pueblo el que menos derecho tiene a fiscalizar las acciones de gobierno.
José Luis Ceja Guerra | Ciénega

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