lunes, 24 de octubre de 2011

El año sabático de los alcaldes

La política en la Ciénega

Hugo Mejía Zepeda
Sí, ya me explicaron que el año sabático es sólo para los académicos pero… ¿Qué quiere usted si a algunos alcaldes de esta amada tierra de plano tomaron el cuarto año de su administración como año sabático?
Resulta que por diversos motivos es realmente asombroso encontrarse a los presidentes municipales en sus oficinas o siquiera en sus municipios, y es que de repente los presidentes han asumido las más diversas funciones que en la mayoría de los casos nada tienen que ver con las cuestiones de la administración pública municipal.


Antes de la veda electoral eran comprensibles las ausencias de los ejecutivos locales, pues había que estar realizando gestiones en la capital del estado o de plano en la capital del país, pero ahora que se han cerrado todas las gestiones sí resultan inexplicables sus ausencias.
Ejemplos hay bastantes como Venustiano Carranza y Jiquilpan donde, para variar los ediles brillan por su ausencia o por sus cortas estadías en las inmediaciones de Palacio Municipal y es que, de acuerdo a sus respectivos equipos, los mandatarios luchan desesperadamente por bajar recursos y proyectos a la población.
Sin embargo, para nadie es un secreto que el alcalde de Venustiano Carranza, Hugo Mejía, está más entretenido en la campaña de su hermana Maribel en busca de la diputación local por el IV Distrito, que por lo que pudiera ocurrir en su municipio que, literalmente, se cae a pedazos.
Otro tanto realiza Francisco Mora, en Jiquilpan, municipio prácticamente acéfalo ante la inasistencia del alcalde; aunque el ausentismo laboral de Mora Ciprés no es de sorprender, baste recordar que en su estancia como diputado federal plurinominal, de acuerdo a los registros, el alcalde de Jiquilpan fue el que más faltas tuvo a sus sesiones de los 500 diputados del Congreso de la Unión y ahora se encuentra metido de tiempo completo en la campaña del candidato perredista al Solio de Ocampo.
Lo anterior pudiera no pasar de una simple anécdota de nuestra región, pero hay que recordar que esta parte del estado los votantes juzgan a los candidatos de acuerdo a las administraciones vigentes y ya con este dato podemos poner sobre el papel un asunto que no suena tan descabellado.
Jiquilpan y Venustiano Carranza fueron los únicos municipios del IV Distrito Electoral en que el PRD dejó a sus militantes jugar una elección abierta, en ambos casos los precandidatos de los presidentes municipales perdieron la contienda, sólo que mientras en Jiquilpan sí se dio la negociación para integrar a los equipos perdedores en Venustiano Carranza fue todo para el ganador y los equipos perdedores simplemente quedaron fuera de la jugada.
Entonces los ediles simplemente se olvidaron de la elección y de la administración municipal y se dedicaron a asuntos de mayor altura.
Ya entrados en el terreno de las elecciones municipales, todo apunta a que vendrán verdaderas sorpresas, de forma concreta en el municipio de Villamar, donde todo parece indicar que la reciente adquisición del PT, José Canela, entregará buenos dividendos al final de la jornada y es de destacar que este impresionante cañonero fue dejado ir como agente libre por el PAN, quien decidió apostar por el novato Alfonso Bautista que hasta el momento no ha podido echarse el equipo al hombro, mientras que el PRI apostó por la experiencia del veterano Froylán Zambrano, y el PRD de plano se la jugó con el casi eterno candidato Enrique Morales.
En la cabecera del Distrito IV, Jiquilpan, la elección se ha vuelto una pachanga sublime pues sumado a las descabelladas propuestas de los aspirantes se suma una guerra sucia contra el PRI que nadie más que los integrantes del equipo de campaña ve porque, curiosamente, no hay volantes, panfletos ni nada por el estilo contra la campaña priísta pero, insisten los tricolores, en decir que existen cobardes ataques contra su candidato, ataques que nadie ha escuchado salvo ellos.
José Luis Ceja Guerra

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